POR TODAS LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO

1 mayo 2004

El amor solidario con las víctimas también se traduce en oración. Por las víctimas del terrorismo y por sus familiares, y por los propios terroristas; para que Dios otorgue sabiduría y fortaleza a los gobernantes en sus decisiones y acciones; y por la conversión de los corazones.  Ayer, hoy y siempre.
“Que se eleve desde el corazón de cada creyente,

de manera más intensa, la oración por todas las víctimas del terrorismo,

por sus familias afectadas trágicamente y por todos los pueblos

a los que el terrorismo y la guerra continúan agraviando e inquietando.

Que no queden fuera de nuestra oración aquellos mismos

que ofenden gravemente a Dios y al hombre con estos actos sin piedad:

que se les conceda recapacitar sobre sus actos y darse cuenta del mal

que ocasionan, de modo que se sientan impulsados

a abandonar todo propósito de violencia y buscar el perdón.

Que la humanidad, en estos tiempos azarosos,

pueda encontrar paz verdadera y duradera, aquella paz

que sólo puede nacer del encuentro de la justicia con la misericordia”.

JUAN PABLO II (15/03/2004)

”Dios todopoderoso y eterno,
de infinita misericordia y bondad,
con el corazón apesadumbrado, acudimos a Ti.
Escucha nuestra oración, ten misericordia de nuestro pueblo,
atiende las súplicas de quienes te invocan
en esta hora de tribulación y de prueba.
Te pedimos, Dios de la vida, por las víctimas mortales
de los brutales atentados de ayer.
Son hijos tuyos; son hermanos nuestros.
Nunca debían haber muerto en estas circunstancias.
Padre Nuestro, acógelos en tu seno.
Atiende nuestra oración, Dios de la salud,
por los heridos de esta masacre.
Sana sus heridas, fortalece sus corazones,
llénalos de tu gracia y de tu paz.
Visita, Dios consolador, a los familiares de las víctimas de ayer.
Son también inocentes.
Reviste con tu manto de misericordia y de amor
las llagas de su corazón y de su alma ateridos.
Te pedimos, Señor de los pueblos y Rey de las naciones,
por España y por todos los pueblos que sufren
el zarpazo de la violencia y del terrorismo.
Príncipe de la Paz, Señor Crucificado,
Jesucristo Resucitado, compadécete de nosotros,
intercede por nosotros.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra,
Salud de los enfermos, consoladora de los afligidos,
reina de la Paz y de las familias. Ruega por nosotros.
Amén

Conferencia Episcopal

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