Gracias a Dios que los efectos de la tecnología
no están disponibles en el cielo.
¿Qué sucedería si Cristo decidiera instalar
un contestador automático en el cielo?
Imagínate rezando y escuchando el siguiente mensaje:
«Gracias por llamar a la casa de mi Padre.
Por favor, selecciona una de las siguientes opciones:
Para «peticiones», presione 1.
Para «acciones de gracias», presione 2.
Para «quejas», presione 3.
Para «cualquier otro asunto», presione 4.»
Imagínate que Dios usara la excusa tan conocida de…
«En estos momentos todos nuestros ángeles están ocupados
atendiendo a otros clientes.
Por favor, manténgase rezando en la línea
y su llamada será atendida en el orden en que fue recibida.»
¿Te imaginas este tipo de respuestas
cuando llames a Dios en tu oración?
«Si deseas hablar con Gabriel, presiona 5.
Con Miguel, presiona 6.
Con cualquier otro ángel, presiona 7.
Si deseas que el Rey David te cante un canto, presiona 8.
Si deseas hacer reservas para la casa de mi Padre,
simplemente presiona Juan seguido de los número 3, 1 y 6.
Si deseas obtener respuestas sobre preguntas necias
sobre los dinosaurios, la edad de la tierra,
dónde está el arca de Noé…,
por favor, espere a llegar al cielo.»
¿Te imaginas lo siguiente en tu oración?
«Nuestra computadora nos indica que usted ha llamado hoy
otra vez. Por favor, cuelgue inmediatamente
y despeje la línea para otros que también quieren rezar.»
O bien lo siguiente:
«Nuestras oficinas están cerradas el fin de semana.
Por favor, vuelva a llamar el lunes.»
Gracias a Dios que esto no sucede…
Gracias a Dios que le puedes llamar en oración
cuantas veces necesites.
Gracias a Dios que a la primera llamada Él siempre contesta…
Gracias a Dios porque en Jesús y con Jesús
nunca estará la línea ocupada.
Gracias a Dios que Él nos responde personalmente
nos conoce por nuestro nombre….
Gracias a Dios que él conoce nuestras necesidades
antes de que se las manifestemos…
Gracias a Dios por leer este mensaje…