FÓRMULA DE LA FELICIDAD

1 diciembre 1998

Ama. Ser feliz se reduce a esto

Ama sin miedo a pasarte

Ama hasta sentir que te duele

Ama aunque todo te invite a no hacerlo

Ama cada día , como si nunca más lo fueras hacer

Ama y se tan feliz que, sin decirlo se te note

Ama aunque no te amen

Ama a quien nadie ama y todos odian

Ama en cualquier idioma, a todo hermano

Ama más a quienes menos aman

Ama hasta que sonría tu corazón

Ama aunque pienses que no avanzas

El buen Dios es capaz de sacar todo de nada

Ama hasta que digan que estas loco

Ama el lunes negro, el martes trece

El miércoles de ceniza , el jueves cualquiera

El viernes amargo y el sábado santo,

Porque sólo así amarás también el domingo

De resurrección.

Ama porque todo lo podrás perder

Pero nadie podrá jamás impedirte que ames

Ama y cuando ya no puedas más

Cuando incluso tu corazón sangre de dolor

Por el hermano , no lo dudes  ¡sigue amando!

Ama a quien nadie tiene y nadie va a darle nada

Ama en la certeza de que alguno ya te ha amado

Y te ama como jamás comprenderás:

Hasta el exceso.

 

Firma: el Buen Dios y los suyos


PARA HACER

  1. liemos convertido el tiempo de Navidad en tiempo de felicidad oficial. A veces no sabemos cómo de­searla, cómo lograrla, como contagiarla: he aquí una fórmula que es algo más que un decálogo. Leer y comentar. Leer y regalar.
  2. La fórmula es algo más que una receta. Sólo dará resultado si se pone en práctica. Elegir sólo tres pun­tos y concretar cómo ponerlos en práctica en las circunstancias de cada uno.
  3. La fórmula está firmada por «El buen Dios y los suyos». ¿Qué Dios? ¿Quiénes son los suyos? ¿Cómo aparece por aquí Jesús de Nazaret?
  4. Contestar a esta carta: lo que cada uno ha hecho y lo que se compromete a hacer.

 

 

 

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