Adolescentes: así éramos, así son

1 julio 2009

Éstas son las claves principales de las quinceañeras de ayer y de hoy.

  Madre Hija
Su estilismo Leggings, calentadores, hombreras, pelo cardado, profusión de encajes y volantes y, como gran elemento transgresor, sostén a la vista. La cresta fijada con jabón y laca era garantía de infarto paterno, sobre todo si estaba teñida de rosa o verde. Hay millones de estéticas a las que acogerse, del preppy al gothic lolita y, para gran confusión de los mayores, han vuelto los 80. En el pelo se conforma con unas mechas coloridas. Mucho más importante (y audaz) es hacerse un piercing o un tatuaje.
Sus secretos Se encerraba en el salón para telefonear a su mejor amiga durante horas, aguzando el oído por si a su madre se le ocurría descolgar el supletorio para espiar la conversación. Tiene móvil, pero el saldo sólo le da para unos pocos SMS. Para charlar prefiere el Messenger… y sería perfecto si su madre dejara de pasar tras ella intentando leer lo que escribe.
Sus causas En plena efervescencia de la transición, deseaba cumplir los 18 para votar y participar en la recién inaugurada vida política española. El feminismo también estaba en pleno auge y quería demostrar que valía tanto como un hombre. La política le aburre y le genera una profunda desconfianza. Prefiere volcarse en proyectos solidarios o relacionados con la conservación del medio ambiente. Su identidad pública se define a través de una ONG, no de un partido político.
Su paga Recibía unas 200 pesetas que invertía en unas cervezas en un bar (era legal para los mayores de 16 años) o en ir al cine: unas 70 pesetas. Sus padres le dan unos 30 €. Los utiliza para recargar el saldo de su móvil, ir al cine (6-7 €), comprarse algo de ropa, hacer botellón con los amigos (ilegal, en muchos casos) o acudir a alguna discoteca “light” donde no sirven alcohol.
Sus gadgets musicales Quería un walkman, pero se conformaba con su radiocassete. Algunos lo llevaban al hombro por la calle, para horror de los mayores. Si no lleva su inseparable Mp3, pone su música en el móvil. A veces, incluso con altavoz… algo que indigna a los adultos.
Sus películas  Tras la fiebre Travolta, aterrizó Harrison Ford con “Indiana Jones y el Arca Perdida”… que tardó al menos un año en llegar de EE.UU. Ford sigue haciendo de Indy, pero ella prefiere a su “hijo”, Shia La- Beouf. Los estrenos son mundiales y los ve en algún centro comercial.
Su educación sexual  Su madre le explicó de dónde vienen los niños y qué es la regla, pero nada más. Sus amigas tenían todo tipo de teorías sobre el sexo. Sus padres le han hablado de sexo, ha estudiado la pubertad y el embarazo en el colegio, y ha recibido clases de educación sexual. Aun así, sigue hecha un lío.

 

Para hacer

  1. Esta síntesis, que hemos estructurado a partir de Rosa Gil (Mujer hoy, 520, 4.4.08) nos recuerda que los padres también fueron jóvenes y tuvieron sus propias señas de identidad. ¿No sería bueno hablarlo con ellos?
  2. Solemos absolutizar nuestra experiencia… ¿Y qué tal un encuentro entre varias adolescentes actuales y sus madres, adolescentes hace no mucho?
  3. La comparación se hace entre mujeres. ¿Cómo sería entre los varones?

 

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