La semana pasada, después de una larga espera y gran expectación, se estrenaba la nueva temporada de Juego de Tronos. El capítulo batió récord de audiencia, fue el más tuiteado por los usuarios de esta red social, e incluso el más descargado mediante archivos Torrent a través de Internet.
Por desgracia para un seguidor como yo, no pude ver este capítulo como hubiera deseado, es decir, según fue estrenado. La razón es que me encontraba de campamento y claro, en estos lugares, tener una gran conexión WiFi no es una prioridad para pasar 15 días con chavales desde los 3 a 17 años. Por otro lado, tampoco es que la cobertura por allí fuera maravillosa, ni creo que hubieran dado los datos de mi tarifa para verlo con la calidad que se merece.
A esta situación se une que cada mañana, esté donde esté, tengo la costumbre de leer las noticias del día, tal vez porque sufra un poco de FOMO (Fear of missing out, miedo a perderse algo) o sencillamente porque me gusta estar informado. Esto ha hecho que, desde el día siguiente al estreno del primer capítulo, haya sido casi imposible leer algo sin encontrarme algún spoiler.
El caso es que van pasando los días, en los me encuentro ante una doble situación: por un lado, intento esquivar cualquier noticia sobre la serie, sobre la ficción, y por otro, continúa la realidad del campamento, en la que observo que los chicos, desde los más pequeños hasta los más mayores, son felices, pero felices de verdad. Veo un brillo en sus ojos y unas sonrisas verdaderas que, aunque se apagan en breves momentos, por caídas, por perder un juego u otras dificultades, siempre vuelven a aparecer cuando llega el momento de piscina, merienda o de compartir juegos con amigos y educadores.
Esta dualidad, me hace entender por fin, que no importa cuántos spoilers lea antes de ver la serie, pues estoy disfrutando de 15 días acompañado de spoilers a cada instante, pero unos spoilers de la VIDA. Esa serie que nos presentó Jesús hace más de 2.000 años, en la que los protagonistas somos todos y cada uno de nosotros, junto al Padre que nos espera en el Paraíso.
Cuando acaben estos días seguiremos teniendo spoilers y, espero que los disfrutemos mucho tiempo más, compartiendo y construyendo juntos. Al fin y al cabo, esta gran serie no tendrá fecha de fin de emisión, ni última temporada.
¡Feliz Verano y que tengáis muchos Spoilers!
Javier Llorente, educador en la Plataforma Social Pan Bendito