[vc_row][vc_column][vc_column_text]El mes de abril es el mes de los libros. Proponemos, pues, una actividad de promoción del libro y de la lectura. Muchas veces en nuestras bibliotecas tenemos una cantidad de libros que no se leen y que nosotros, bibliotecarios o animadores a la lectura, nos interesa potenciar, darlos a conocer y presentar. En este sentido, presentamos una actividad para dar a conocer la temática de libros de literatura infantil y juvenil en una biblioteca de barrio o escolar, que llamamos «bingo-libros».
- Selección del material
Debemos de partir de nuestra propia realidad: qué libros tenemos y cuáles deseamos dar a conocer. Para ello hemos de seleccionar una treintena de libros de nuestra biblioteca.
- Resúmenes, fichas y títulos
Una vez selecionados, resumimos el argumento de cada libro en unas breves líneas. Mecanografiamos dichos resúmenes, confeccionando la treintena de fichas correspondientes.
En otras tantas fichas (que podemos realizar simplemente dividiendo en 8 partes iguales una Dile A-4) de igual tamaño que las anteriores, escribimos los títulos de los libros, como si fuesen los cartones de los números del bingo.
Si queremos realizarlo todo como en los bingos de verdad., en cada cartón habrá 8 títulos de libros, que pueden repetirse en otros cartones de títulos. Por lo tanto habrá que hacer tantas fichas de argumentos repetidas como títulos repetidos pongamos en cada cartón.
- juego
Una vez confeccionado el material, repartimos los cartones a uno o varios jugadores y jugadoras (bien tratemos de primar el trabajo en parejas o en pequeños grupos).
Cuando todos y todas tienen sus cartones empezamos a cantar el número, que en este caso es el argumento del libro. Los que crean que tienen el título que corresponde al argumento leído levantan la mano y dicen en voz alta el título al que creen que corresponde. Se les dará la ficha correspondiente a los que acierten.
«Gana» el que consiga hacer primero la línea (acertar cuatro títulos de libros) o realizar «bingo» (completar los ocho títulos del cartón correspondiente).
Se trata de un juego ya experimentado y realizado en bibliotecas infantiles, y adaptado al sistema escolar. Por ejemplo, es un buen método para conocer sencillamente de qué trata cada libro de la Biblia, en el área de Religión Católica, o para conocer el argumento de las distintas obras de autores que han de estudiarse en Lengua castellana o Lengua Galega.
En edades de 9 a 13 años da buenos resultados. No obstante y particularmente a partir de los 14, se han de ir complicando los datos (vocabulario, poner un párrafo clave del libro, nombre de los personajes, etc.).
XULIO C. IGLESIAS
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