SEÑORA DE LA ESPERANZA
Señora de la Esperanza,porque diste a la luz la Vida. Señora de la Esperanza,porque viviste la MuerteSeñora de la Esperanza,porque creíste en la Pascua,porque palpaste la Pascua,porque comiste la Pascua,porque moriste en la Pascua,porque eres Pascua en la Pascua.
Pedro Casaldáliga
ALEGRIA (Fragmentos)
Contra tanta mentira de tristeza
yo he de rezarte a gritos, Alegría:
¡Dios te salve, María, llena eres de gozo!
¡El Señor es contigo, como un río de leche que se sale de Madre…!
Una mujer de hoy, desamparada, les ha dicho a los hombres: «buenos días, tristeza».
Y ellos se lo han creído.
Hace ya mucho tiempo que se han puesto a ser tristes…
La fiebre de la angustia les ha cercado el alma con sus tropas.
La palabra y la luz y la armonía se han quemado en la angustia
como un bosque en la guerra.
La angustia ha carcomido la carne y la mirada de los muchachos rotos,
(Beber, bailar, tocarse,
y quedarse vacíos, como un corro de copas,
con las últimas babas, en la mesa del bar abandonado…).
Los hombres están tristes, se empeñan en ser tristes.
Se empeñan en perderse, por las minas, a gatas, acosados del miedo.
Se empeñan en morirse corroídos de hambre y de nostalgia
¡cuando estáis al alcance de la mano
tú como un Paraíso de manzanas primeras
y Dios como un jilguero consentido…!
¿«Buenos días tristeza», después que tú alumbraste la Alegría?
(¡Campanas de Belén, recién nacidas, que no saben oíros, detrás de los motores,
más allá del clamor de las antenas,
sobre los parlamentos y las plazas,
detrás de los anuncios, ¡dentro del corazón!).
Romeral y colmena: Dios te salve, María, llena eres de gozo.
En el umbral abierto de Ain-Karim, de cara al horizonte amanecido,
tu corazón se ha roto de Alegría…
Llena eres de gozo y el Señor es contigo,
como un río de leche que se sale de Madre para todos los hijos.
Cada día era Sábado en tus días, porque eran la Esperanza.
Y un día fue Domingo.
(¡Se abrió el Sol en tus brazos, salido del sepulcro, y te vistió de Gloria!).
Después ya fue Domingo para siempre…
Y tu gozo ha crecido como un río de leche que se sale de Madre hasta llenar el mundo.
-¿«Buenos días, tristeza»?
-¡Dios te salve, María!
Pedro Casaldáliga, Llena de Dios y tan nuestraTomado de http://servicioskoinonia.org/pedro/antologia.htm,
donde se puede consultar toda su obra.