EL ARTE DE BRONCEARSE EL CORAZÓN

1 julio 2013

Antes de salir de vacaciones

 Llega el verano y a todos nos gusta “lucir palmito” y ponernos morenos a toda costa… Sabemos que exponer nuestra piel a las radiaciones solares requiere una serie de cuidados y prevenciones; lo que tal vez desconozcamos son las medidas que hay que tener en cuenta cuando lo que queremos es broncear nuestro corazón. Y si bien es cierto que para broncear nuestra piel, el método más natural es a través de los rayos del sol, no es menos cierto que para broncear nuestro corazón, el método más efectivo es a través del amor de Dios…

Amiga, amigo, este verano luce radiante por fuera y por dentro; estas vacaciones consigue un cuerpo y un corazón 10. A continuación te ofrezco cinco claves fundamentales para obtener todos los beneficios de Dios y conseguir un corazón que será, no te quepa ninguna duda, la envidia y el centro de atención en la playa y en la piscina, en el aeropuerto y en la estación de autobuses, en el pueblo de tus abuelos y en cualquier otro lugar donde vayas a pasar este verano… ¿Preparado? ¡Toma nota!

 1.      Las exposiciones a Dios serán tan largas como desees, pudiendo pasar horas, días y meses sin sufrir insolación; todo lo contrario, cuanto más te expongas, cuanto más dejes que Dios “te queme el corazón”, mayores beneficios obtendrás.

2.      No permanecerás estático bajo el amor de Dios durante mucho tiempo. Me explico: aunque los rayos de Dios no son nocivos, la verdad es que hacen mayor efecto en movimiento (visitando a un amigo, llevando la bolsa del súper a una persona mayor, enseñando a alguien a nadar o a tocar un instrumento musical, haciendo las labores del hogar…).

 3.      Para prevenir “la deshidratación del corazón” (aburrimiento, apatía, rutina…), es esencial tomar una gran cantidad de “nutrientes del alma” (creatividad, compromiso, ayuda, alegría, inconformismo, oración…).

 4.      Deberás utilizar un antiprotector (sí, sí, has leído bien). Un antiprotector que no encontrarás ni en farmacias ni en salones de belleza. Este producto se denomina “Confianza en Dios” y lo puedes adquirir simplemente deseándolo. Si cada día te aplicas unas gotas de fe, el amor de Dios bronceará e iluminará tu vida; y no sólo eso, será tan fuerte la radiación que contagiarás a las personas que se encuentren a tu alrededor.

 5.      Para mantener el bronceado (la felicidad en tu corazón, en tu vida) tan sólo tienes que someterte cada día, durante cinco minutos, a un tratamiento de choque. Dicha técnica hidratará, reafirmará, nutrirá y prolongará tu felicidad. No te preocupes, Dios te enviará todos los días las instrucciones en forma de evangelio, de buena noticia. Únicamente tienes que leer el mensaje con los ojos y vivirlo con el corazón… El bronceado del corazón, la felicidad en tu vida, te durará toda la vida… ¡Haz la prueba!

José María Escudero

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