ESTAS NAVIDADES… ¡NO TE CONFUNDAS DE ESTRELLA!

1 diciembre 2010

A los Reyes Magos cada año que pasa les resulta más difícil llegar a Belén. Las estrellas se multiplican y ni los callejeros de antaño ni los GPS de ahora les resuelven el problema… Por eso, este año, piden tu ayuda… No te preocupes: tan sólo tienes que escoger la estrella correcta, la estrella que, durante estas navidades, ilumine tu vida y te guíe al lugar donde Dios… Sí, sí, has oído bien, Dios se va a hacer hombre, se va a hacer niño, se va a hacer uno de los tuyos… ¿Preparado?… ¡Pues adelante!

Estrella del despilfarro

La verás muy a menudo durante estas fiestas. Cuelga majestuosamente sobre grandes edificios, centros comerciales, tiendas de moda, centros de ocio… invitándote a entrar en su interior. ¡Ojo! Es tal el resplandor que emite que puede producir ceguera… de la vista, del corazón y de la cartera.

Estrella de etiqueta

La más elegante, la más glamorosa. Si no la pierdes de vista, te convertirás en el rey de cotillones, botellones, cenas de empresa, comidas familiares y demás eventos festivos…

Estrella con sobrepeso

Caviar, champagne, langosta, solomillo, turrones… No son, ciertamente, las navidades la época ideal para empezar una dieta.

Estrella de las vacaciones

La que más se mueve. Un crucero, una casa rural, turismo de interior, una excursión organizada… ¡En busca del niño Jesús!

Estrella del regalo fácil

¿Para qué complicarse la vida, verdad? La ocasión lo merece, regalos para todos y nada de obsequios baratos, no, no… ¿Para qué queremos la extraordinaria?

Estrella de la suerte

A esta estrella las fiestas navideñas la estresan. De administración en administración, del “gordo” al “niño” y tiro, o mejor dicho, juego porque me toca… Oye, que si suena la flauta, bueno pues hasta podía arreglar “el chamizo” donde va a nacer el niño Jesús.

Estrella apagada

No te inquietes, ya verás qué pronto la encuentras. Tan sólo tienes que recordar una, dos, cincuenta veces a los seres queridos que te faltan, los años que te quedan por pagar la hipoteca, el trabajo que no te gusta o lo mal que marcha el mundo. En definitiva, aprovechar las navidades para amargarte y para amargar a cuantos te rodean.

Estrella del año pasado

Bueno y de hace dos y tres y cuatro y ocho… La misma de siempre, la que te conducirá a repetir lo mismo de todos los años: las mismas fiestas, las mismas visitas, las mismas felicitaciones y, lo que es peor, el mismo ánimo repetitivo, cansino, sin esperanza y sin ilusión de siempre.

Estrella del reposo

Apenas se mueve. Del sofá del salón a la cama, de la cama a la silla del comedor, de la silla al taburete del bar de la esquina… O lo que es lo mismo, del mando a distancia al MP3, del reproductor a la Wii, de la maquinita a la cerveza de mediodía… Hay que reponer fuerzas… Ya habrá tiempo para estudiar, para trabajar. De momento, reposo, mucho reposo.

Estrella de Belén

No, no la localizarás mirando al cielo. Se encuentra mucho más cerca, a la altura de tu pecho, exactamente en tu corazón y en el corazón de tus hermanos. Ah, por cierto, esta estrella también te guiará a grandes fiestas, enormes centros comerciales, entrañables comidas o excelentes cotillones. La gran diferencia respecto a las otras estrellas es que el protagonista es el niño Jesús. Si dejas que Él establezca su morada en tu corazón, ya no necesitarás más estrellas. Dios, a partir de entonces, iluminará tu vida y la de tu gente.

José María Escudero

 

 

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