Homo telephonicus

1 junio 1997

[vc_row][vc_column][vc_column_text]– El hecho

Esta imagen apareció en El Mundo hace ya dos años (18.6.95). Ilustraba un reportaje titu­lado La era del «homo telephonicus». Allí se decía que «el uso del móvil se universaliza mientras se detectan ya los primeros casos de telefonodependencia». ¿Qué se podría decir dos años más tarde, cuando su uso se ha ex­tendido a todo tipo de personas?

El perfil del «homo telephonicus» revelaba hace dos años que la mayoría eran varones urbanos de 35 a 45 años. Dos años más tarde se ha extendido su uso a otro tipo de perso­nas y se han incorporado también las mujeres y los jóvenes. El portátil se fue convirtiendo poco a poco en un símbolo del éxito de los presumidos.

El fenómeno no se ha de aplicar tan solo a los teléfonos móviles. En nuestro caso es importan­te referirlo al estilo de relaciones telefónicas en­tre los adolescentes (Véase la sección Recortes de este mismo Cuaderno Joven, p. 37/5).

 

– La imagen

Con la imagen podremos centramos en al­gunos aspectos de las relaciones interperso­nales y descubrir algunas claves de la comu­nicación interpersonal entre adolescentes, jó­venes o adultos, a la vez que proponer activi­dades proyectivas de diverso tipo y algunos ejercicios de simulación.

 

  1. Se reparte la imagen. En esa ocasión será fácil que surjan comentarios de todo tipo. Conviene dejar que salgan e incluso provocar más:

– Qué nos dice la imagen, qué nos llama la atención de ella.

– Qué pasa a esa gente y por qué se compor­ta así: concretar todos los tipos y actitudes que se ven…

– Imaginar las conversaciones que puede te­ner cada una de esa personas.

– A quién conocemos que se parezca a los personajes de la imagen.

– Cómo usan y para qué el teléfono móvil al­gunas personas a las que conocemos.

-También hay un niño con el móvil: ¿Cómo puede influir esta realidad a las nuevas gene­raciones?

  1. Poco a poco se han de encauzar para ver lo esencial de este nuevo fenómeno y dirigir las intervenciones hacia el fin planteado en los objetivos.

– ¿Por qué actuamos así?

– ¿Existe la telefonodependencia? Poner ca­sos concretos de personas o hechos que conozcamos.

– ¿Cómo funcionan los adolescentes con el teléfono? ¿Cómo funcionamos nosotros?

 

– El teléfono como símbolo

Trabajar con el teléfono usándolo como símbolo, tanto en su aspecto material como en el uso que se puede hacer de él. Facilitará mucho la tarea el hecho de llevar un aparato telefónico (de los tradicionales) al grupo.

  1. El aparato

– Centrarnos en el aparato telefónico para descubrir cómo es la comunicación que mantenemos cada uno de nosotros con las personas en general: está comunicando, le faltan pilas, hay interferencias, no tiene línea, recibe pero no emite mensajes.

  1. Centrarse en las siguientes propuestas y lle­varlas a cabo mediante ejercicios de simulación.

– ¿Quién te gustaría que te llamara por teléfono? Decir por qué y resumir en una frase lo que crees que harta en primer lugar?.

– ¿A quién te gustaría llamar y para decirle qué? Busca alguna persona a quien te gus­taría decirle algo positivo… Y a otra a quien te gustaría que te escuchara algo importan­te… Haz el ejercicio como si estuvieras ha­blando realmente con ella.

– Llevar a cabo diversas conversaciones tele­fónicas simuladas: padres e hijos, profesor y alumno, etc.

– Imaginar que es Dios quien está al teléfono. Realizar el ejercicio, pero sabiendo que la voz de Dios nunca se oye.

Herminio Otero

 

 

 

 

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