Una de las muestras principales con las que el Papa Juan Pablo II ha demostrado durante su pontificado su especial interés por los jóvenes ha sido la instauración de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), encuentros para promover entre los jóvenes el descubrimiento del “joven y actual misterio de la Iglesia” a través de la experiencia comunitaria en la peregrinación, la oración y la celebración de la eucaristía.
“Desde el primer encuentro, celebrado en la Plaza de San Pedro el Domingo de Ramos de 1986, se ha consolidado una tradición que alterna, de año en año, un encuentro mundial y otro diocesano –destacó en una ocasión Juan Pablo II–. Estando juntos, pueden interrogarse sobre las aspiraciones más profundas, experimentar la comunión con la Iglesia, comprometerse con la urgente tarea de la nueva evangelización”.
“Mi deseo de repetir esta experiencia maravillosa en los años venideros y de crear de esta forma un encuentro internacional de la juventud corresponde a mi convicción que la juventud se enfrenta a una misión a la vez difícil y fascinante: la de cambiar los mecanismos fundamentales que fomentan el egoísmo y la opresión en las relaciones entre los Estados y de sentar nuevas estructuras orientadas hacia la verdad, la solidaridad y la paz”.
Uno de los símbolos que ha ido haciéndose presente en cada uno de estos encuentros es la “Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud”, una cruz de leña de grandes dimensiones que Juan Pablo II entregó a los jóvenes tras el Jubileo Internacional de la Juventud del año 1984 en Roma y que ha estado presente en cada edición de las JMJ. Las Jornadas Mundiales de la Juventud se han celebrado, en colaboración con el Consejo Pontificio para los Laicos, en diversas ciudades del mundo, con un lema diferente en cada ocasión que ha pretendido impulsar el compromiso de los jóvenes con Cristo. En 1995, llegaron a reunir a cuatro millones de jóvenes en Manila.
Recordamos aquí esos lemas, 20 frases del evangelio que pueden convertirse en dos decálogos de actitudes evangélica imprescindibles para los jóvenes.
1986 | ‘Siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere.’ (1 Pe 3,15) | Celebraciones diocesanas |
1987 | ‘Nosotros hemos conocido el amor que Dios tiene y hemos creído en Él.’ (1. Jn 4,16) | Buenos Aires, Argentina |
1988 | ‘Haced todo lo que Él os diga.’ (Jn 2,5) | C. diocesanas |
1989 | ‘Yo soy el camino, la verdad, y la vida.’ (Jn 14,6) | Santiago de C. |
1990 | ‘Yo soy la vid, vosotros los sarmientos.’ (Jn 15,5) | C. diocesanas |
1991 | ‘Habéis recibido un espíritu de hijos’ (Rm 8,15) | Czestochowa, Polonia |
1992 | ‘Id por todo el mundo predicando el evangelio.’ (Mc16,15) | C. diocesanas |
1993 | ‘Yo he venido para daros vida en abundancia.’ (Jn10,10) | Denver, EEUU |
1994 | ‘Como el Padre me ha enviado, así os envío yo a vosotros.’ (Jn 20,21) | C. diocesanas |
1995 | ‘Como el Padre me ha enviado, así os envío yo a vosotros.’ (Jn 20,21) | Manila, Filipinas |
1996 | ‘Señor, ¿a quién acudiremos? Tu eres el único que tiene palabras de vida eterna.’ (Jn 6,68) | Celebraciones diocesanas |
1997 | ‘Maestro, ¿dónde vives? Venid y veréis.’ (véase Jn1,38-39) | París, Francia |
1998 | ‘El Espíritu Santo os enseñará todo.’ (véase Jn 14,26) | C. diocesanas |
1999 | ‘El Padre os ama.’ (véase Jn 16,27) | Celebraciones diocesanas |
2000 | ‘El Verbo se hizo carne y habitó entre los hombres.’ (Jn 1,14) | Roma, Italia |
2001 | ‘Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.’ (Lc 9,23) | C. diocesanas |
2002 | ‘Vosotros sois la luz del mundo…vosotros sois la sal de la tierra’ (Mt 5, 13-14) | Toronto, Canadá |
2003 | ‘He ahí tu madre.’ (Jn 19,27) | C. diocesanas |
2004 | ‘Quisiéramos ver a Jesús’ (Jn 12,21) | C. diocesanas |
2005 | ‘Hemos venido a adorarle’ (Mt 2,2) | Colonia, Alemania |