[vc_row][vc_column][vc_column_text]El auge de la comedia romántica es, probablemente, uno de los fenómenos cinematográficos más representativos de estos últimos años, parangonable a otras tendencias del cine actual de las que hemos ido hablando en esta sección, como el interés creciente por la reflexión sobre las raíces de la violencia o el intento de proponer salidas airosas a la actual crisis de valores.
Desde que «Cuando Harry encontró a Sally» se convirtiera en una obra de culto, y Meg Ryan, su protagonista, impusiera un nuevo modelo de heroína sentimental, la comedia romántica no ha dejado de ganar adeptos en las taquillas de todo el mundo. Esto ha supuesto una considerable inflación de producciones con el ojo de su cámara dirigido a las relaciones afectivas entre hombres y mujeres. El subgénero de la comedia sentimental, a pesar de su multiformidad, presenta algunos rasgos invariables que reaparecen en cada producción. Estas reiteraciones acaban por componer su sustrato ideológico:
- Sus protagonistas son jóvenes y no responden al patrón establecido por otros géneros (el chico-chica-bombón).
- Se trata de películas cuyo mayor atractivo suele concentrarse en el juego con unos diálogos ingeniosos, a menudo de fuerte carga reflexiva, por lo que las situaciones pierden interés a favor de la construcción de personajes.
- Todas ellas giran en torno a alguna cuestión abstracta relativa al mundo de las relaciones humanas, el actual se concreta precisamente en el tipo de vínculo sentimental que une a los personajes protagonistas: ¿pueden hombre y mujeres ser amigos?(CuandoHarry encontró a Sally, El amor tiene dos caras);¿existe la pareja ideal? (Beautiful girls, El amor perjudica seriamente la salud); ¿qué impulsa más el amor, el atractivo físico o la riqueza espiritual? (La verdad sobre perros y gatos); ¿qué lugar ocupa la sexualidad en el ser humano? (¿El sexo es lo más importante de la vida?); etc.
- El juego con el erotismo no sobresale en la puesta en escena, aunque la sexualidad esté siempre presente, de forma directa e insinuada. Sin embargo, esta va a ser siempre la con
secuencia de unas relaciones abocadas al amor, más que el detonante de pasiones incontroladas en los personajes (como sucede en el thriller o el melodrama contemporáneo).
- Como notas sueltas apuntaremos que, entre los recursos del humor, predomina la ironía. El tono general es siempre amable y distendido. Los personajes pertenecen a la clase media y los desenlaces contienen considerables dosis de optimismo.
¿Por qué este minucioso recorrido por la comedia sentimental? Creemos que este subgénero ofrece algunas claves positivas de comprensión del mundo:
- La comedia romántica es uno de los pocos géneros actuales en los que existe interés por la creación de personajes, es decir, por la configuración de modelos de referencia con los que el público pueda indentificarse. El imperio de los efectos especiales ha traído como consecuencia la pérdida de peso específico del factor humano en el cine y su sustitución por la cosificación absoluta de la realidad.
- La comedia sentimental nos presenta a seres integrados, en los que se presupone un cuerpo y un alma. Frente a la preocupante tendencia a considerar la realidad desde un punto de vista exclusivamente físico («sólo somos cuerpo»), este tipo de cine redimensiona la complejidad de la persona, devuelve equilibrio a un cine desjuiciadamente formalista.
- Finalmente, la comedia sentimental puede permitimos reflexionar con los jóvenes sobre su vivencia del amor a partir de los dilemas concretos que plantea. La frescura y sencillez de estas obras, su ambiente realista y el humor favorecerán este tipo de propuesta.
Como conclusión, basta decir que nos encontramos ante una de las manifestaciones cinematográficas más cercanas a ciertas inquietudes juveniles y, por tanto, más aprovechables desde un punto de vista pedagógico.
Jesús Villegas
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