¿Qué pasa con las gete más joven? ¿Qué pasa con los padres y educadores de la gente más joven? El desconcierto en grande. Re producimos aquí un artículo de la escritora Alicia GiménezBartlett (El Periódico, 18 de octubre de 2004). Bajo el título que hemos puesto arriba, decía lo siguiente:
“Hete aquí que nuestras criaturas se emporranhasta las cejas y así funcionan por ahí. Para asistir al cole ya no sólo necesitan el donut y la cartera, sino por lo visto, el porro también. Estamos bien apañados, estos niños modernos practican el mobbing frente a sus compañeros más débiles, consumen telebasura, beben alcohol y zampan hamburguesas que los hacen obesos, y ahora se emporran.
· Alguien debería decirles que la marihuana no es una droga inocua, sino que tiene consecuencias indeseables para la salud, mucho más en época de crecimiento. · Alguien debería avisarlos de que la vida no es un jardín de rosas donde sólo se trata de pasarlo bien. · Alguien debería abrirles el campo de visión y contarles cómo viven otros chicos en latitudes menos afortunadas.
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· Alguien, en fin, debería darles un libro para que al menos leyeran y se enteraran de que hay cosas hermosas en el mundo, de las que no es necesario evadirse dándole al porro.
· ¿Tan mal lo pasan estos niños en nuestra sociedad? Igual resulta que sí, que miran a su alrededor y no les gusta lo que ven. Pero esto es lo que hay, las épocas pasadas tampoco eran un mar de rosas. Por eso parece crucial que alguien les hable con crudeza y sinceridad, que les diga que huir de la realidad no conduce a nada. · La arenga moralizante podría empezar así: «Cuidado, muchacho, porque ya has empezado a vivir, y la vida se rige por una máxima principal: lo que no hagas tú por ti mismo, nadie lo hará». Es duro, pero ya que no hemos sido capaces de cambiar el mundo para ellos, al menos digámosles la verdad.” |
Esta bien que surjan voces desde otros ámbitos distintos a los de Pastoral vayan diciendo estas cosas. La realidad supera lo temido: véanse los datos sobre el consumo de alcohol entre los jóvenes (recortes, p. 4) y las reacciones que eso suscita (tema, p. 5). Y véase también la reflexión de Frei Betto (Textos, p. 3)
Ante todo estos –datos que nos superan y reflexiones que nos invitan a actuar–, padres y educadores tenemos que recuperar la voz, la iniciativa y el ánimo para llevar a cabo una educación que ayude a las personas a ser más personas y para seguir ofreciendo a nuestros hijos un mundo de esperanza. Y aquí estamos para ello.
Cuaderno Joven