Ficha
Título: Martes con mi viejo profesor. Autor: Mitch Albom. Maeva Ediciones ( 215 páginas).Resumen del argumento: últimas clases que da un profesor universitario, que está a punto de morir, a un antiguo alumno. Como aparece en la portada del libro: una lección de la vida, de la muerte y del amor.
Destinatarios y objetivos educativo pastorales
Libro ameno y profundo para ser leído y comentado por jóvenes que se planteen el tema de la vida (y de la muerte), y personas adultas que en tiempos de crisis o de autoanálisis quieran profundizar sobre lo que significa vivir o vivir. A través de este libro podemos trabajar el sentido de la vida y de la muerte, el miedo, la vejez, la codicia, el matrimonio, la familia, la sociedad y el perdón.
Guión de trabajo
- ¿Qué recuerdos tienes tú de antiguos profesores? ¿Qué te enseñaron? ¿Qué te aportaron? ¿Qué vínculos mantienes? ¿Qué les dirías a algunos de ellos hoy día? ¿Qué te gustaría que te dijeran? ¿Aplica esas preguntas a los antiguos catequistas y/o curas de tu parroquia?
- Morrie un día después de venir del funeral de un amigo tiene una idea: «celebrar en vida sus funerales». ¿Qué te parece esta idea? ¿Te gustaría también a ti celebrarlo? ¿O te crees demasiado joven para morir? De hacerlo, ¿a quién invitarías? ¿Qué les dirías? ¿Habría risas o llantos, recuerdos o proyectos, quejas o piropos, etc.?
- Mitch cuando se vuelve a reencontrar con su viejo profesor, hace relectura de su vida. Poca o mucha vida, es igual, ¿recuerdas las ilusiones de juventud, de la universidad, los primeros amores, los primeros fracasos, el encuentro con la muerte, las prisas…? ¿Adónde? Es igual, pero aprisa. Unas prisas locas por bebernos la vida. Sin embargo Mitch tenía ocupados sus días pero seguía insatisfecho buena parte del tiempo. ¿Y tú? ¿Alguna experiencia fuerte, radical a partir de la cual tu vida se divide en dos: antes y después de ella? ¿Y en el ámbito de la fe?
- La cultura durante un tiempo de nuestra vida nos ayuda a educarnos, a ser personas pero llegando a cierta edad hay que empezar a deseducarse (como decía Morrie), a criticarla, a cuestionarla, ¿te atreves?
- ¿Y si hoy fuera tu último día de vida? ¿Qué te parece lo que Morrie dice que haría si pudiera recuperar 24 horas de su vida normal? ¿Y tú qué harías? ¿Dejas que se pose todos los días, como hacen los budistas, un pájaro en tu hombro que te pregunte «¿es éste el día?». «¿Estás preparado?». «¿Estoy haciendo todo lo que tengo que hacer?». «¿Estoy siendo la persona que quiero ser?». ¿Si te planteases estas preguntas todos los días vivirías de forma diferente?
- Mitch le presenta a sus viejo profesor una lista de temas (pág. 85) de los que quiere hablar. ¿Tú ya tienes un «viejo profesor» con quien hablar? ¿Qué temas les propondrías?
- Morrie se encontró en un siquiátrico con una mujer que se pasaba el día entero tumbada en el pasillo. Lo único que quería es que alguien advirtiera su presencia. ¿Conoces a alguien que haga algo parecido? ¿Y tú qué haces? ¿Le esquivas o le acoges como el buen samaritano?
- En la última entrevista en la tele Morrie dice sus últimas palabras (pág. 184). ¿Qué te parecen? Compáralas con las que dijo Jesús a sus discípulos en la última cena antes de que le mataran (Jn 15,17). Si tuvieras un enfermedad terminal, ¿qué dirías a tus amigos, a la gente que quieres?
- Lee el cuentecillo de la página 201. ¿Qué te sugiere? Haz oración, ponle música del mar, escucha, contempla esas olas, siéntete parte de una de ellas, poco a poco vete acercándote al acantilado y…
- Una vez leído el libro, ¿te parece que podrías tomar algún compromiso, alguna decisión, alguna acción de gracias…?
Iosu Osta
