«La ley de la abstinencia de carne (miércoles de ceniza y viernes de cuaresma)
obliga a los que han cumplido catorce años; la del ayuno (miércoles de ceniza y viernes santo) a todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años…» (Código de Derecho Canónico). Sin embargo, pocos saben que los Obispos de México desde 1985 establecieron que «concientes de la situación de pobreza en que viven muchos sectores de los fieles y dado que nuestra cultura admite otros signos más adecuados de penitencia, dispone que se pueda suplir la abstinencia tradicional de carne (excepción hecha del miércoles de ceniza y del viernes santo) por la abstinencia de aquellos alimentos que para cada uno sean de especial agrado, o por una especial obra de caridad, o por una especial obra de piedad, o por otro significativo sacrificio voluntario.» Basado en esto, y en una misa de cuaresma que tuve con ancianos y enfermos (liberados, claro, de la ley del ayuno y abstinencia de carne), se me ocurrió hacer este menú. ¡Buen provecho!
- Tener a la mano…
- Abrelatas, para abrir corazón endurecido.
- Cuchillo, para cortar vicios.
- Destapador, para destapar lo atorado en las relaciones familiares.
- Colador, para pasar por alto las ofensas.
- Gotas bactericidas, para purificar intenciones.
- Abstenerse…
- Abstenerse de comer prójimo (chismes, difamaciones y calumnias)
- Bajarle al condimento de desquites.
- Evitar consumo de altas grasas de egoísmo.
- No tomar vinagre, que pone de mal genio.
- Lavar bien el corazón, para que no se infecte de la cólera.
- Evitar el consumo excesivo de picantes, para no enchilarse y decir maldiciones.
- Evitar el camarón, porque adormece la conciencia, y “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.
- No tomar postres helados que congelen el afecto.
- Evitar comer pan de muertos -de envidia-, para que luego no te digan “que con su pan se lo coma”.
- No echarle crema a tus tacos
- Evitar hacer de chivo los tamales.
- Privarse de tomar (y dar) atole con el dedo.
- Menú recomendado…
- Como platillo fuerte: exquisita caridad para con el prójimo.
- Caldo de atención a los desamparados y enfermos.
- Ensalada de detalles de afecto para los tuyos.
- Pan abundante para compartir con el hambriento.
- Vino de alegría para convidar a los tristes y desanimados.
- Sopa de letras para escribir más seguido a familiares y amigos.
- Sopa de zanahoria para ver con buenos ojos a los demás.
- Pan bendito para los afligidos, ya que “las penas con pan son menos”.
- De postre se recomienda…
- Perita en dulce, para ser buena persona.
- Tuna para tapar… los defectos de los otros.
- Yogur de guayaba para repetir… los gestos de perdón.
- Naranja dulce y limón partido “dame un abrazo que yo te pido” (abrazar a los seres queridos, y darles besitos –de verdad, no de chocolate).
- Y no olvides…
- “Donde come uno, comen dos” y “échale siempre más agua a los frijoles”. Comparte tu vida con los otros.
Finalmente, el chef celestial recomienda sobre todo el alimento espiritual:
- “El que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene Vida eterna”.
Mauricio Jazo, MSpS
Para hacer
Ofrecemos este texto, originario de América, para nuestros lectores, tan numerosos, de aquel continente.
En España servirá de modelo para hacer otro parecido. Porque tanto aquí como en otros lugares de América distintos de México, se necesitará una adaptación a cada lugar.