MIL HORAS ante las pantallas

1 junio 2004

Un estudio realizado en España reabre la alerta sobre el consumo masivo que los menores hacen de la televisión. Nadie sabe aún cuál es el efecto sobre los niños, aunque nadie duda de que marcará a toda una generación.

La comprobación de que los niños pasan más horas frente al televisor y otras pantallas electrónicas que en la escuela dispara las alarmas y el debate sobre la cantidad y calidad del consumo audiovisual. Mac Luhan vaticinó aulas sin muros debido a la influencia de la cultura audiovisual, pero no imaginó que las malas artes y las nuevas tecnologías crearían vertederos de basura sin muros de contención. Un estudio realizado en Cataluña alerta sobre que los menores catalanes pasan 990 horas anuales ante pantallas electrónicas y sólo 960 en la escuela, que hay pocos programas infantiles buenos, que el 15% de los escolares sufre insomnio a causa de los ruidos y los horarios y que muchos contenidos son aberrantes.

 

Posibilidades: «Una mayor sensibilidad social respecto al problema y las nuevas tecnologías permitirán seleccionar a la carta canales especializados de mayor calidad. Me fascina la televisión y veo muchas posibilidades educativas, por eso la critico con una mezcla de dolor de corazón y de cariño. Me gustaría que fuese mejor y puede serlo. Mi mujer es catedrática de Literatura y se queja del lenguaje y los valores que inculca la telebasura entre la juventud.» (José Manuel Pérez Tornero, director del estudio)

Principios éticos: «Antes había más preocupación por los contenidos didácticos e innovadores. Una serie como ‘Verano azul’ parece ñoña, pero fue progresista en su época. Ahora me preocupan los insultos, la grosería, el morbo y los chistes racistas y excluyentes que se cuentan en ciertos espacios.» «Hay porquería y programas selectos, pero el gran público tiende hacia lo peor, como en música, libros o cine. Si diese más beneficios hablar de principios éticos, lo harían, pero no es así.» La televisión se hace más primaria y atrae a los jóvenes con morbo y sexo. «Sea pública o privada, por unas décimas de audiencia se emite más carnaza», y la tontería se expande y contagia. (Xesc Barceló, guionista y responsable de la programación juvenil de TV3)

Programas inapropiados: «Se nota que niñas y niños ven programas inapropiados y fuera del horario habitual. Por la mañana están muy nerviosos, porque desayunan rápido e hipnotizados ante la tele.» «Desde la escuela se puede incidir aprovechando las ocasiones para hacer comentarios críticos, pero sin dramatizar y con sentido común. Lo contrario sería contraproducente, ya que formamos personas libres y críticas ante la televisión y ante la sociedad.» (Montserrat Colom, directoria de Primaria)

Otras influencias: «Los adolescentes reciben más influencias de los amigos que de casa o la televisión. Es cierto que se retrasa la adolescencia, pero se debe a una estructura educativa que lleva diez años en reformas y ha bajado los niveles de calidad. Atribuirlo a los audiovisuales es una simplificación excesiva.» (Lluís Prat , Dirtector de Bachillerato)

Incomunicados: «Las estadísticas son parecidas a las de hace 20 años, no se avanza y nos jugamos el futuro de una juventud más violenta», dice. Por su consultorio pasan padres agobiados por el trabajo, hijos pasivos y sedentarios, personas solitarias e incomunicadas, abuelas que hacen de canguro y «adolescentes con falta de límites, que no valoran las cosas, no soportan una negativa y son más impulsivos». (Begoña Odrazola, terapeuta familiar)

 

Indefensos: «El problema de fondo no es de cifras, sino de personas indefensas ante los medios. Lo que está en debate son síntomas contemporáneos que todo sujeto recibe de modo masivo. El problema de fondo no es de cifras y horas, sino de personas indefensas ante unos medios que tienden hacia la uniformidad y el pensamiento único, en línea con la globalización y una colonización de las mentalidades cada vez más sutil» (Joan Salinas-Rosés, profesor de psicoanálisis).

Extractado de Joaquim Roglan

Solidaridad.net (25/01/2004)

Para hacer

  1. Un tema para debatir. ¿Qué opinamos de lo que dices estas personas?
  2. Un tema para cuestionarnos: ¿Cuánta televisión vemos? ¿Y cómo la vemos?

 

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