«Ustedes, jóvenes, tienen sed de horizontes» (Papa Francisco)
Nos encontramos inmersos en la preparación de la XXXVII Jornada Mundial de la Juventud que, como bien sabemos, tendrá lugar en Lisboa los días 1-6 de agosto de 2023. Un evento internacional de gran portada que reunirá en el país vecino a varios millones de jóvenes católicos en torno a la figura del Papa Francisco.
Sin duda, desde que comenzaron estas jornadas en 1986 con San Juan Pablo II, han ido ganando en relevancia y en profundidad. Forman parte de una propuesta de pastoral con jóvenes que se cuida cada vez más en las diócesis, congregaciones y movimientos dentro de un proceso que prevé un antes, un durante y un después. Con el eco y la experiencia de la última de estas Jornadas celebrada en España (Madrid 2011), sabemos bien de la importancia de acompañar a adolescentes y jóvenes en eventos como este, que saben de testimonio, eclesialidad y fortalecimiento de la fe. Una oportunidad para visibilizar una Iglesia joven y comprometida, abierta a la cultura y capaz de dialogar con la realidad social.
Son muchos los desafíos que tenemos que afrontar para que la Jornada Mundial de la Juventud no se quede en algo puntual, superficial o pasajero. Es importante que eventos como éste estén bien ensamblados con una propuesta local que acompaña los procesos de crecimiento en la fe de nuestros adolescentes y jóvenes. Dentro de esos itinerarios, la JMJ se plantea como una oferta cualificada de convivencia, formación, celebración que pone de relieve la dimensión eclesial de la fe y la comunión con cristianos de todo el mundo junto al Romano Pontífice. De ahí, la necesidad de la preparación previa y del compromiso posterior.
No se trata de una moda. Ni mucho menos de mero turismo religioso. Por el contrario, bien planteada, la JMJ es una oportunidad pastoral para ayudar a crecer, relanzar la propia experiencia creyente y plantear vocacionalmente la propia vida. Para los jóvenes que, como dice Francisco tienen “sed de horizontes”, abrir la mirada y el corazón a la catolicidad (en el sentido más universal del término) de la fe es una experiencia significativa que, bien acompañada, puede cambiar la vida de las personas.
Puesta en marcha la preparación del evento, más allá de estructuras de apoyo y organización, es importante que podamos preparar espiritualmente a los adolescentes y jóvenes que van a participar, porque la JMJ es, ante todo, un acontecimiento del Espíritu. Él es el verdadero protagonista en la vida de la Iglesia y es imprescindible que abramos espacios en el corazón de los jóvenes para acoger su presencia transformadora. Estamos implicados todos: el Santo Padre, los obispos y demás ministros ordenados, la vida consagrada, los movimientos laicales, los agentes de pastoral, las familias y los mismos jóvenes. Pongámonos manos a la obra y pidamos a Dios que podamos vivir una experiencia verdaderamente significativa para seguir más de cerca a Jesús en la Iglesia de hoy.
En nuestra revista MISIÓN , hemos querido dedicar el número de marzo a reflexionar sobre las Jornadas Mundiales de la Juventud y los desafíos pastorales que nos plantean.
Hemos articulado la reflexión en torno a tres estudios:
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Rosendo Soler, salesiano y delegado nacional de pastoral juvenil en 2011, estuvo en primera línea en la coordinación de las JMJ de Madrid y reflexiona sobre su experiencia: Una mirada histórica de la JMJ Madrid 2011. De Madrid 2011 a Lisboa 2023: recuerdos, logros y desafíos de futuro en la PJ.
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Raúl Tinajero, director de la subcomisión para la juventud e infancia de la Conferencia Episcopal Española, escribe desde su amplia experiencia sobre: La JMJ de Lisboa, un soplo de esperanza pastoral.
João Xavier Fialho y Álvaro Lago, responsables para la JMJ de los salesianos de Portugal, e implicados diirectamente en la preparación del acontecimiento, nos ayudan a reflexionar sobre: La JMJ 2023, contenidos y retos pastorales.
Contamos, además, con una amplia entrevista sobre la Jornada Mundial de la Juventud y su camino de preparación a Mons. Joaquim Mendes, Obispo auxiliar de Lisboa y presidente de la comisión episcopal de laicado y familia.
Deseamos que todos estos elementos ayuden a los agentes de pastoral a seguir impulsando la participación juvenil en este gran acontecimiento eclesial y nos dispongan a la adecuada preparación al mismo.
José Miguel Núñez