Navidad a cuerpo entero

1 diciembre 1997

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  1.  Abre bien tus oídos; un mensaje resuena con fuerza en la noche de los tiempos: ¡Dios nos visita!

 

  1.  Dibuja en tu rostro una gran sonrisa: «Dios con ­nosotros» es la mejor noticia.

 

  1.  Pon tu corazón a punto: sólo allí habla Dios.

 

  1.  Coge en brazos al niño que nace: lleva impreso en su frente el sello de la solidaridad.

 

  1.  Mira bien a tu alrededor: muchos cruzarán su mirada con la tuya reclamando una mano.

 

  1.  Abre tus manos: atrévete a compartir cuanto eres y cuanto tienes.

 

  1. Ponte de pie y empieza a caminar serás mensajero del futuro de Dios.

 

  1.  Que tu boca anuncie a todos la entrañable misericordia de nuestro Dios.

 

  1.  Dale un giro a tu vida: eres el único signo del amor de Dios que muchos podrán captar.

 

  1. Entona con todos los hombres de buena voluntad: ¡Gloria a Dios!

 

 

PARA HACER

 

  1.  Este decálogo se ha tomado de J.M. Núñez («BS», diciembre 1996). Elegir uno o dos   puntos: el que cada uno debería practicar más durante la Navidad. Concretar por qué.
  2.  Buscar después cómo llevar a cabo cada uno de esos puntos: señalar al menos tres cosas concre­tas.
  3.  Con todo ello, rehacer el decálogo convirtiéndolo en un manifiesto personal o grupal.

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