El mes de abril es sinónimo en los centros educativos del «mes del libro», pues en esta época celebramos el día del libro infantil y el día del libro. Proponemos una sencilla actividad para dar a conocer los distintos libros que nos interesen, sean de una biblioteca de aula, de la biblioteca escolar, de la tebeoteca del centro juvenil o de cualquier biblioteca de barrio.
La actividad consiste en adaptar el clásico juego de la oca al mundo de los libros. En primer lugar, debemos decidir cómo vamos a organizar la actividad. Si es para un pequeño grupo o es «en plan espectáculo», para un mediano o gran grupo. Si optamos por el grupo pequeño, el tamaño del tablero puede ser el de una cartulina, y si optamos por el mediano o gran grupo recomendamos el tamaño estándar de una placa de corcho blanco o forespán. Si se trata de un pequeño grupo, nos dividimos en parejas o tríos, dependiendo del número de participantes, y jugamos todos; si de uno mediano o grande, hacemos cinco equipos de cuatro o cinco jugadores, de los cuales uno será el portavoz y el resto participa como público.
Para realizar la oca, una vez elegido el tamaño, debemos seleccionar qué libros nos gustaría destacar o dar a conocer. Creemos interesante combinar libros «clásicos» (sean de esta época o de épocas anteriores), conocidos por todos, y libros actuales que crean lectores. Una vez que tengamos seleccionados unos cuarenta libros, hacemos fotocopia de la portada del libro al tamaño de un cuarto de DIN A-4 (para el forespán) y de un octavo para la cartulina. Con el resto de las casillas dibujamos una «oca», como en el juego tradicional, y nos inventamos otros tipos de casillas como, por ejemplo, un interrogante (donde se realizarán preguntas sobre libros, autores, argumentos, editoriales, ilustradores, etc.), un símbolo de reflexión (para preguntas de ingenio), un símbolo de destreza (para preguntas o pruebas de habilidad, del tipo de afeitar un globo inflado con espuma, etc.)… y otros. Sería muy interesante relacionar todas las pruebas de habilidad e ingenio con la narrativa infantil y juvenil, es decir, que la motivación o la prueba en sí, tenga algo que ver con la historia o el argumento de un libro. Las de habilidad son indispensables para realizar el juego de la oca con el mediano y gran grupo, pues dan vistosidad y emoción al juego.
Una vez que tenemos las 64 casillas las ordenamos siguiendo el orden del juego de la oca, mezclando las distintas clases, las colocamos en la cartulina o en el forespán siguiendo los círculos de la oca. Y se comienza el juego. Como es normal, habrá un director del juego que será el árbitro para las distintas interpretaciones que se pueden dar a lo largo del mismo. Se usará un dado normal para el tamaño cartulina y un dado gigante para el de forespán (si no se tiene, con una caja grande se puede hacer tranquilamente).
Cada grupo irá colocando su ficha en la casilla que le corresponde y deberá acertar la pregunta, prueba de ingenio o habilidad, o el argumento de la portada en que cayó su ficha. Dependiendo de las edades y del nivel de lectura de los jugadores, se pondrá más fácil o más precisa la respuesta, además de otros detalles, como por ejemplo, para los más pequeños se fotocopia la portada con el título del libro; para los más «leones», sin el título del libro.
Si es en mediano o gran grupo se puede hacer participar al público. Cuando un grupo «falla» la ficha vuelve al lugar de donde tiró el dado y esa pregunta la puede contestar el público, al que se le puede regalar desde un aplauso hasta un pequeño detalle de esos que regalan las editoriales como son un marcapáginas, un folleto, una pegatina, etc.
El juego puede tener una duración determinada en la que el grupo ganador es el que llegue más cerca de la casilla 64, la gran oca, o puede durar hasta que un grupo entre en la casilla 64. Conviene al principio consensuar las reglas del juego, pues al ser un juego conocido, todos tenemos variantes, por ejemplo: ¿«se entra» en la casilla 64 con la tirada justa y se cuenta hacia atrás o no?
XULIO C. IGLESIAS
