Publicaciones para adolescentes

1 septiembre 1997

[vc_row][vc_column][vc_column_text]En la pasada primavera los medios de comunicación se hicieron eco de los contenidos de ciertas revistas para adolescentes. En concreto se referían a Nuevo Vale, Bravo, Chica Hoy (46.000 ejemplares), Ragazza (165.000), y algunas más. Se hizo entonces mucho ruido, pero el ruido pasó y las revistas siguen en la calle. ¿Qué hacer como educadores?

 

El Departamento de Pastoral de la FERE hizo pública una nota, firmada por su delegado J.L. Ruiz Aznárez, en la que se lamentaba la situación y se hacía una propuesta explicitada en tres niveles de reflexión y actuación que hacemos nuestros:                        .

 

  1. Nivel social:Situamos en este nivel las acciones que implican a todos y van dirigidas a aquellas entidades que tienen el deber y el derecho de servir a toda la sociedad, a mayorías y a minorías. Por tanto, dirigirse a cualquier Organismo, Institución y Entidad competente y de­nunciar el producto y su contenido por considerarlo perjudicial.

Este tipo de gestos tienen fuerza, bien lo sabéis, cuando no es una persona, es el grupo, es número de personas que presionan.

 

  1. Nivel familiar y escolar.Actitud abierta por sincera. Tomar la revista en nuestras manos y leerla con nuestros hijos o con los alumnos, comentarla y escuchar la opinión de los más pe­queños que no son adultos y no tienen nuestro pensamiento, nuestra mirada, nuestra sensibili­dad. -Escuchar no quiere decir juzgar, condenar, sino responder a lo que los hijos o alumnos demanden. Nuestra sinceridad, respeto y capacidad de compartir así es más educativo que prohibir, emitir juicios de valor, «no querer ver» o «no querer enterarse».

 

  1. Nivel personal:Cada desafío es una oportunidad. A los padres y a los maestros quizás nos convenga preguntamos, por ejemplo: ¿Por qué hacen los niños y adolescentes esas con­sultas y comentarios a cualquier medio escrito y no lo hacen directamente en casa, enel cole­gio? Si lo hicieran en casa o en el colegio no habría ningún problema, ya sabríamos a qué nivel están y les hubiéramos podido dar, en la medida de nuestras posibilidades y sabiduría -y siempre con verdad- nuestra respuesta.

Es indicador de salud mental y espiritual que revisemos nuestras actitudes que impiden que haya una confianza y comunicación más fluida con nuestros hijos, con nuestros alumnos.

Es urgente que busquemos otras alternativas que ofrecer a nuestros hijos y alumnos, y lo hagamos desde el convencimiento de que por sí mismas merecen la pena, no como sustituti­vas de algo que calificamos de malo. Insisto, es urgente, presentar referentes, paradigmas, ejemplos, valores que estén llenos de sentido, de significado, que por sí mismos merezcan la pena, que sean útiles para la vida.

 

Y llamando de nuevo a la gente, les dijo:

-Escuchadme todos y entended esto: Nada de lo que entra en el hombre puede mancharlo. Lo que sale de dentro es lo que contamina al hombre (Mc 7,14-15).

 

Cuaderno Joven

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