Ahora y siempre es momento de tener un recuerdo agradecido.
Agradece a quienes, desde su manera de ser,
te ayudaron a ser más humano, más sencillo,
más sensible a las cosas de Dios.
Agradece a quien, inesperado y oportuno,
supo escucharte comprensivo.
Agradece a aquellos con quienes compartiste
tus ratos de juego.
Agradece a quien te ayuda
a desvelar tu riqueza interior.
Agradece a quien, con su gran bondad,
te hizo ser sencillo.
Agradece a quien descubriste un día
y «se quedó en ti».
Agradece a quien, corrigiéndote con cariño,
te hizo caminar.
Agradece a quien, con su vida incansable,
te animó a luchar.
Agradece a quien, sin cansancio,
siempre esperó lo mejor de ti.
Agradece a quien te exigía siempre,
haciéndote crecer en la grandeza.
Agradece a quien te hace sentir importante
cuando necesita de ti.
Agradece a quien, estando lejos,
lo sentiste cerca.
Agradece a quien, con su desacuerdo,
te hace descubrir tu verdad.
Agradece a quien sabes
que te quiere y siempre te espera.
Agradece a quien siempre te anima
a ver lo positivo.
Agradece a quien te quiere como eres
animándote a crecer.
Agradece a quien, con su necesidad de ti,
hizo que te sintieras «único».
Agradece a quienes, con su experiencia interior,
te ayudaron a conocer a Dios
y te anunciaron la buena noticia
de que Dios es tu mejor amigo y te ama.
Para hacer
- Este texto, enviado por encuentra.com terminaba: «Son muchos quienes a lo largo de tu vida han dejado su huella en ti. Quizá algunos te hayan lanzado a una aventura para sacar algo de ti y despertar tu «yo dormido», conseguir aquello que te parecía imposible, cambiar, crecer y madurar.» Lee el texto y recuerda nombres concretos.
- «Descubrir en ti las huellas de «otros amigos» encontrados a lo largo del camino es motivo de alegría y gratitud. Es motivo de gratitud el que hayas podido experimentar a Dios, creer en la vida y en tu capacidad de encuentro, creer que alguien haya podido ayudarte a descubrir lo mejor que existe dentro de ti.» Convierte ese descubrimiento en oración: da gracias por lo que vive y por las personas concretas que te enseñaron a descubrir la vida y te ayudaron a vivir.