Es cierto que cada vez se adelanta más el anuncio de la Navidad… Ya en el mes de julio nos invitan los carteles publicitarios a que compremos lotería de Navidad, y nosotros bañándonos… Da la impresión que las rías gallegas están en el hemisferio sur. En mi ciudad,Ourense, se mantenía hasta hace poco un acuerdo no escrito de esperar a san Martiño, el 11 de noviembre, patrono de la ciudad y día de la celebración de la fiesta popular del magosto, para iniciar a continuación la campaña de Navidad. Pero ya ni eso se mantiene, y desde Todos los Santos ya estamos en clave de Navidad. Nos “comemos” el Adviento o, mejor, vivimos un adviento consumista (sic) cada vez más extenso.
Para sentirnos alternativos a la situación anterior y salvar un tiempo de Adviento-Navidad “con sentido”, proponemos potenciar lo que ya están haciendo muchos centros educativos: reservar la última semana del primer trimestre escolar libre de exámenes y tensiones propias de la escuela. Así podemos saborear, celebrar y disfrutar como comunidad educativa de un tiempo para nosotros. Un tiempo fuerte que nos puede dar energías para no contaminarnos de esa Navidad tan consumista que nos envuelve.
Libres de exámenes, recuperaciones y entrega de trabajos, podemos seguir avanzando materia a otro ritmo que nos facilite vivir gestos educativo- pastorales. Indicamos algunos de estos gestos, a los que se pueden añadir los que cada comunidad educativa realiza partiendo de su cultura y tradiciones:
- Ambientación navideña de patios, pasillos, escaleras…, en la que, además de triunfar las estrellas, triunfa el estilo juvenil, la participación y la creatividad.
- Un belén en cada aula: Además del belén colegial, potenciamos la iniciativa “Ponga un belén en su aula”: implicando al seminario de Plástica, a la tutoría, a las actividades extraescolares…, realizamos con creatividad un belén tradicional, que puede convertirse en contemporáneo en cuanto a personajes o situaciones… Y contamos con la colaboración del Departamento de Religión, que para eso saben teología y actualizan y centran el auténtico mensaje de la Navidad.
- Postales navideñas: Promovemos la participación en el concurso de postales navideñas, en el que las ganadoras representarán al colegio la próxima Navidad. Y hacemos que cada uno cree su propia postal navideña para que, por correo postal o digital, comparta sus mejores deseos con toda la peña.
- Perder mi tiempo (sic) y “sudar”, sí, sudar por los empobrecidos de mi ciudad colaborando en mis horas libres en mi Operación Kilo de mi centro.
- Una muestra o festival de villancicos, en que casi todas las clases interpretan un villancico en versiones clásicas o modernas, puede ser el colofón de una semana en la que los ensayos robaron tiempo al recreo, a un cuarto de hora de tal clase o a toda la hora de tutoría grupal….
- Una oración breve, intensa y participativa, para el alumnado por cursos, secciones o niveles, de modo que pueda ayudarnos a dialogar con el que nace para todos…
- Un claustro final de trimestre con una oración pausada que nos dé pistas para relacionar lo vivido en el trimestre y el mensaje universal de esperanza.
- Un encuentro del equipo de animadores y animadoras de los grupos de tiempo libre educativo en el que, además de tomar algo de turrón y mazapanes, rezan por “sus” chavales, sus familias y por el propio equipo educativo para que de verdad sigamos reconociendo a Jesús en cada destinatario otro año más.
- Mantener el juego del “Rey sorpresa”: en las aulas que lo deseen, se propone pensar en un compañero que te ha tocado por sorteo y en secreto, y conseguirle durante las vacaciones un “cariño” más que un regalo. Y ofrecérselo en la primera tutoría de enero…
Que el hecho de oír a los mensajeros de Dios su canto de gloria colegial (“¡No hay exámenes!”) nos ayude a vivir una Navidad con sentido descubriendo en todo ser humano a un hermano. Bo Nadal! ¡Feliz Navidad!
Xulio C. Iglesias