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2015 será una año recordado con mucho cariño por el mjs de España. El año del bicentenario del nacimiento de Don Bosco.
Para nosotros, jóvenes de ambientes salesianos de las inspectorías salesianas, este encuentro no sólo ha sido un viaje. Ha sido mucho más que eso. Ha sido celebrar a Don Bosco en nuestras vidas, con todo lo que ello supone.
Prepararnos para este acontecimiento ha sido un camino de 3 años, en los que hemos conocido más un poco de la historia, de la pedagogía y de la espiritualidad de este santo que nos ha robado el corazón. Lo fantástico de Don Bosco es que conociendo su historia, nos hemos sentido especiales, por ser continuadores de su obra, de su sueño. Conociendo su pedagogía, nos hemos sabido herederos de una forma de estar con los jóvenes, que no pasa de moda, que no queda obsoleta y que quiere llegar a todos los jóvenes, y conociendo su espiritualidad, aprendemos una manera de relacionarse con Dios que consiste en vivir creyendo que tenemos un Padre y una Madre, y que nuestros sueños son también los sueños de Dios.
La presencia nuestra en el encuentro ha sido importante por muchos motivos y en muchos sentidos.
Importante para nosotros. Animar a cada joven a participar en este encuentro irrepetible y conseguir esta participación es signo de corazones agradecidos, tanto de los jóvenes como de los muchos SDB y FMA que nos han “primereado”, como pedía el Papa Francisco.
Importante también para la familia salesiana en España, que ha visto como Don Bosco, verdaderamente se hace más fuerte en nuestras casas, con el paso de los años, y que los jóvenes siguen estando en el centro del carisma salesiano.
Importante para la organización y para el encuentro en sí, no sólo por la numerosa participación del grupo de España, que dio mucho color y vida, sino por la implicación en los distintos niveles de organización, siendo testimonio y modelo para otros movimientos donde el camino recorrido es más corto y quizá inexperto en encuentros de este tipo, pero que se sienten acompañados por tantos otros jóvenes como nosotros. Formamos parte de algo grandioso.
Importante porque las fronteras se están abriendo, y este encuentro ha servido quizá de punto de inflexión para este nuevo camino hacia lo europeo, hacia lo común, donde Don Bosco, su carisma, y sobre todo, los jóvenes, seguimos siendo el punto donde todos convergemos.
El título del musical que con motivo de este bicentenario hemos presentado en el Encuentro, resume perfectamente el sentir del MJS. Gracias Don Bosco, por lo vivido, por el presente y por el futuro. Un futuro que en MJS queremos que sea reflejo de lo vivido en este encuentro: Llenos de Dios, COMO Don Bosco, estando CON los jóvenes para lo que necesiten, y dando la vida por y PARA ellos, desde nuestra realidad de cada día.
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